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Resumen de Implantes dentales en paciente bajo tratamiento antirresortivo: A propósito de un caso

Javier Sánchez Sánchez, Carlos Díez, Ramón Lorenzo Vignau

  • Los medicamentos antirresortivos son un grupo de fármacos que actúan interfiriendo en el metabolismo óseo con el objetivo de reducir la alterada remodelación ósea o el aumento de la reabsorción de hueso. En general, su mecanismo de acción es disminuir el remodelado y reabsorción ósea inhibiendo la diferenciación y función de los osteoclastos o aumentando su apoptosis. Con este fin, este grupo de fármacos es utilizado para tratar patologías como: osteoporosis, enfermedad de Paget o pacientes oncológicos que presentan hipercalcemia maligna, mieloma múltiple o metástasis de cáncer de mama o de próstata (1-4).

    Podemos clasificar los antirresortivos en 5 grupos principales (aunque existen más tipos): bifosfonatos, que son los más ampliamente utilizados para tratar las patologías antes citadas; calcitonina; estrógenos, moduladores selectivos de los receptores estrogénicos; y anticuerpos monoclonales humanos, que actúan contra el receptor activador del ligando del factor nuclear κB (RANKL). Además, existe un grupo de fármacos, en contraposición a los antirresortivos, que son los anabólicos o formadores de hueso, como la Teriparatida o PTH recombinante humana. Los cinco primeros tienen en común el ocasionar un efecto secundario que es especialmente destacable a nivel odontológico;

    la osteonecrosis de los maxilares (ONM). Por el contrario, la teriparatida está libre de este efecto secundario (5, 6).

    La ONM no supone un problema para tratamientos dentales no invasivos como son higienes o tratamientos restauradores, pero sí en casos más invasivos, como intervenciones quirúrgicas, donde habrá una respuesta ósea ante la manipulación realizada.

    La evidencia científica muestra como estos fármacos tienen bajo riesgo de generar ONM (0,001-0,01 %), mientras que cuando son administrados en mayores dosis, vía intravenosa, pueden llegar al 10%. La mayoría de los casos son secundarios a exodoncias, entre un 52-61% del total de casos, estimando un riesgo entre el 0,5% para antirresortivos orales y de hasta el 15% para los de presentación intravenosa. También se conoce que el riesgo de sufrir ONM aumenta cuando el tratamiento supera los 3 años de duración (7-10).

    En el caso del tratamiento con implantes se requiere de una función normal durante la fase de remodelación ósea para conseguir una exitosa osteointegración.

    Además, se necesita una adecuada angiogénesis, y algunos antirresortivos, además de interferir en la remodelación ósea, afectan a nivel angiogénico, como los bifosfonatos, mientras que los anticuerpos monoclonales no afectan a nivel vascular. Todo esto conlleva una pérdida de implantes temprana y el desencadenamiento de una respuesta en el hueso de osteonecrosis.

    También infecciones tardías, como la aparición de periimplantitis, puede desencadenar una respuesta en el hueso que provoque el inicio de una osteonecrosis. Por lo que se debe prestar especial atención a los tiempos y las formas de realizar tratamientos invasivos, y la comunicación entre reumatólogo y odontólogo debe ser directa para realizar intervenciones con la mayor seguridad posible y estar atento mediante controles periódicos para evitar complicaciones (11, 12).


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