Este artículo se pregunta si la polarización es contraria a la democracia y al pluralismo. El discurso dominante, que asocia democracia con consenso, vincula polarización con división, inestabilidad y destrucción de la democracia. Como ejemplo de ello sitúa a diversas experiencias y corrientes políticas recientes, desde Trump hasta Maduro, pasando por Orbán, Putin y Evo Morales. Revisando críticamente los presupuestos de esta perspectiva, elaborada por politólogos como Sartori o Dahl, y partiendo de otro concepto de lo político, basado en el conflicto, argumentamos que no necesariamente la polarización es sinónimo de antagonismo, ni de menoscabo del pluralismo y la democracia.
This article asks if polarization is contrary to democracy and pluralism. The dominant discourse, which associates democracy with consensus, links polarization with division, instability and the destruction of democracy. As an example of this, this hegemonic discourse points out various experiences and recent political currents, from Trump to Maduro, passing through Orbán, Putin and Evo Morales. Critically reviewing the presuppositions of this perspective, elaborated by political scientists such as Sartori or Dahl, and starting from another concept of politics, based on conflict, we argue that polarization is not necessarily synonymous of antagonism, nor of the impairment of pluralism and democracy.
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