Muchos nos hemos movido por las salas de un espacio expositivo bajo la esperanza de un hallazgo iluminador. Pese a que la noción del museo como templo de inspiración parecería obsoleta, aún siguen estimulando la creatividad de sus visitantes. Más allá del espacio físico de cada centro de arte, su extensión actual en el universo digital permite no solo hacer de escaparate para artistas, sino motivar a sus públicos a realizar sus propias intervenciones. Y es que hoy los museos han de ser, por encima de la dicotomía presencial/virtual, espacios para la interacción social.
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