La búsqueda de competitividad y fomento de la inversión empresarial, entre otros objetivos, debieran ser una constante en nuestras reformas del Impuesto sobre Sociedades. En el presente capítulo, se efectúan seis propuestas muy concretas de reforma o de recuperación del estatus anterior, debiendo resaltarse de todas ellas las dos siguientes: recuperación de la exención plena de los dividendos para evitar la doble imposición y mayor seguridad jurídica potenciando el sistema de consultas tributarias.
Junto a lo anterior, se propone una mayor neutralidad en el tratamiento fiscal de la financiación ajena y los recursos propios (en línea con la reciente propuesta de directiva de la Comisión Europea), la incorporación de estabilizadores automáticos en la recaudación, el mantenimiento de los tipos de gravamen y nuevos incentivos medioambientales.
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