Antonio Luis Terrones Rodríguez
En las últimas décadas se han podido observar diversas manifestaciones de la degradación ambiental que han tenido como consecuencia la ruptura del equilibrio de ecosistemas, el cambio climático, catástrofes naturales, etc. Este preocupante escenario se ha desplegado en lo que se conoce como Antropoceno, una etapa que surge tras la huelga ecológica y geológica que la especie humana ha ocasionado en el planeta Tierra, como resultado de una acción científico tecnológica que promueve un modelo económico y de desarrollo concreto.
Esta situación coincide con la cuarta revolución industrial, que designa un periodo histórico caracterizado por las profundas y aceleradas trasformaciones mediante la convergencia de un conjunto de tecnologías disruptivas de carácter digital, físico y biológico. Entre estas tecnologías destaca especialmente la inteligencia artificial (IA), que ha aumentado su presencia en el desarrollo empresarial debido al importante soporte que ofrece en el desempeño de actividades con un alto nivel de complejidad. El incremento del uso de la IA implica altos niveles de consumo energético derivados del suministro de datos y de la naturaleza de las fuentes de energía que emplea. En este sentido, en el contexto de la empresa 4.0, es importante impulsar un cambio de matriz productiva que resulte de una innovación social, pero también sostenible.
Hay figuras destacadas en el ámbito de la ética en Europa como Aimee van Wynsbergue y Mark Coeckelbergh que hacen un llamado para promover la configuración de una inteligencia artificial sostenible (IAS). Es preciso reconocer la originalidad de sus planteamientos, sin embargo, entiendo la necesidad de conectar su propuesta teórica con la praxis de un modelo de innovación que puede servir para sentar las bases de un desarrollo sostenible en la empresa 4.0.
La Quíntuple Hélice (QH) es un modelo de innovación científico y tecnológico que recoge el testigo de otros modelos anteriores (triple y cuádruple hélice) e incorpora como novedad una sensibilidad ambiental que se traduce en una nueva esfera. Las esferas que formarían la QH serían: Mercado, Estado, Academia, Comunidad y Medio Ambiente. Por lo tanto, el establecimiento de redes de conexión entre estas esferas daría como resultado una sinergia que favoreciera el impulso de productos innovadores sensibilizados con la sociedad civil y cuidadosos con la sostenibilidad.
Así pues, es importante alentar un cambio de matriz productiva en la empresa 4.0 que vaya de la mano de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y sirva para promover una innovación sostenible en el terreno de la IA, conectando de ese modo teoría con praxis a través de un compromiso ético ambiental.
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