Para "limpiar" el dinero amasado por su padre como prestamista, Enrico di Rinaldo degli Scrovegni fundó un templo expiatorio en Padua. Edificado en lo que fue el anfiteatro romano, el banquero contrató para su decoración a Giotto, que ya gozaba de renombre por sus frescos de Asís
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados