Resumen de Turquía, entre el S-400 y la pared
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Turquía lleva cerca de dos décadas inmersa en diversos programas de obtención de sistemas de defensa antiaérea que le permitan hacer frente a amenazas aéreas que, considerando la inestabilidad endémica del entorno geográfico en que se ubica y de la proliferación de los arsenales de misiles en los países vecinos, resultan esenciales.
Aunque la industria nacional ha sido capaz de satisfacer parcialmente esta necesidad, la complejidad propia de los sistemas de gran altitud y largo alcance ha obligado a dirigirse al mercado internacional. Por razones más políticas que de otra índole, el Gobierno turco se decantó a mediados de 2017 por la adquisición del sistema ruso S-400, decisión que, con independencia del sentido que desde el punto de vista técnico u operativo pudiera tener, está acarreando profundas consecuencias.
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For nearly two decades, Turkey has been engaged in various programmes to obtain counter air defence systems to oppose air threats, an essential asset given the endemic instability of the geographical area in which it is located and the proliferation of missile arsenals in neighbouring countries. While the domestic industry has been able to partially meet this need, the complexity of high altitude and long-range systems has meant it has had to turn to the international market. For reasons that are mainly political, in mid-2017 the Turkish government opted to acquire the Russian S-400 system, a decision which, regardless of its technical or operational suitability, is having profound consequences.
