Juan Carlos Dall'Asta, Teo Hidalgo Nácher
En un contexto de permanencia y cambio, el recinto ha tenido la capacidad de desarrollarse como una permanencia relativa. Su evolución espacial ha sido símbolo del espacio de contacto, del espacio intermedio. El recinto y consecuentemente sus límites están porque existen las fracturas, las rupturas, las luchas, las transformaciones: el tiempo no es lineal, sino que forma parte de un proceso discontinuo, y el recinto junto con sus límites e ilímites representa perfectamente este proceso.
El recinto como límite tiene la capacidad de crear relaciones intensas entre los ámbitos que se tocan, permitiendo el intercambio de energía, así como de diferentes flujos que lo constituyen como un espacio rico en oportunidades. Bajo esta perspectiva, el concepto de límite permite entender el proyecto del recinto como proyecto de límite, es decir, como un espacio que dota de calidad al proceso de transformación del territorio y del paisaje urbano.
Dentro de este contexto, el recinto constituye la perfecta materialización del sentido de protección de cualquier tipo de factor externo, convirtiéndose en instrumento de definición de lo que es familia y lo que no lo es. De esta manera, el recinto familiar adquiere más un valor simbólico que espacial.
El modelo de la Siheyuan china en oposición a la Domus romana nos lleva a indagar en el concepto de limite y comprobar cómo este se materializa en la práctica arquitectónica de la oficina O-office que en su trabajo opera en una intersección entre cultura oriental y occidental.
In a context of permanence and change, the enclosure has been able to developed as a relative permanence. Its spatial evolution has been a symbol of the space of contact, of the space in between. The enclosure and consequently its limits exist because there are fractures, ruptures, struggles, transformations: time is not linear but is part of a discontinuous process, and the enclosure together with its limits perfectly represents this process.
The enclosure as a limit can create intense relationships between the areas in contact, allowing the exchange of energy and different flows that constitute a space rich in opportunities. From this perspective, the concept of limit allows us to understand the enclosure project as a project of limit, that becomes, a space that gives quality to the process of transformation of the territory and the urban landscape.
Within this context, the enclosure constitutes the perfect materialization of the sense of protection of any external factor, becoming an instrument for defining what family is and what is not. In this way, the family room acquires a symbolic rather than a spatial value.
The model of the Chinese Siheyuan in opposition to the Roman Domus leads us to investigate the concept of limit and see how it materializes in the architectural practice of the O-office, which in its work operates at an intersection between Eastern and Western culture.
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