El patrimonio cultural arquitectónico y urbano de México es muy rico y variado. En este trabajo se plantean algunas consideraciones y medidas que se han tomado, sobre los bienes inmuebles realizados en el periodo histórico que abarca desde el establecimiento de la cultura hispana (en el siglo XVI) hasta los construidos en el siglo XIX, así como las zonas de monumentos históricos –incluyendo los centros históricos–, para protegerlos de manera (legal y físicamente), restaurarlos, darlos a conocer y transmitirlos a las generaciones futuras, debido a su importancia al ser legados y testimonios de nuestro pasado y a la vez fuentes documentales de la historia.
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