In 2020 China eliminated the overall regional poverty and finished the arduous task of solving the problem of absolute poverty. Even though there is an actual lingering problem of relative poverty, the objective risk of falling into a poverty trap in China’s underdeveloped regions does not reasonably exist. This article analyzes four perspectives to underpin such statement: the institutional, the historical, the individual, and the spiritual power.
En 2020, China eliminó la pobreza regional general y terminó la ardua tarea de resolver el problema de la pobreza absoluta. Aunque existe un problema real persistente de pobreza relativa, el riesgo objetivo de caer en una trampa de pobreza en las regiones subdesarrolladas de China razonablemente no existe. Este artículo analiza cuatro perspectivas que sustentan tal afirmación: la institucional, la histórica, la individual y la espiritual.
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