Es reseña de:
¿De qué, silencio, eres tú silencio?
Salamanca : Universidad de Salamanca, 2011
La catedrática Ruiz Barrionuevo lo suele recordar a menudo: una antología poética no puede ser nunca labor de acarreo, sino que debe mostrar un corpus textual suficiente para dar una idea de la poética del autor antologado. Como decía la poeta al final de esta composición: «la infancia que acuña nuestro Rostro allí donde no ser despertado» (148). Como apreciaba la poeta en «Variaciones sobre el tiempo y el mar», la última de las composiciones que integran esta parte: «El mar dice: soy viejo.
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