Las complicaciones más severas en Anestesiología son las relacionadas con la Vía Aérea, y una dificultad de intubación o ventilación del paciente originan una gran mórbida/mortalidad.
En los últimos años, para mejorar la seguridad del paciente en este campo, ha habido una evolución muy importante en el manejo de la Vía Aérea Difícil (VAD).
Las Sociedades internacionales más prestigiosas de este campo aconsejan en sus últimos trabajos y guías (ASA [Sociedad Americana de Vía Aérea Difícil] en el algoritmo del 2013, y la DAS [Difficult Airway Society] en el NAP4 y las guías de 2015….) aconsejan que todos los miembros del servicio de Anestesiología sean capaces de poder realizar una intubación con Fibroscopio (FOB) en paciente despierto cuando se precise. Es decir, en aquellos pacientes que tienen una intubación difícil conocida, y en los que administrarles anestesia general para realizar una intubación, perdiendo la respiración espontanea, supone un riesgo muy importante para ellos.
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