En el tiempo que he estado en la parroquia de San Miguel de Ilave, he tenido la oportunidad de asistir a los actos religiosos de los Aymaras dos o tres veces al mes, por el espacio de cerca de dos años. Con esta experiencia presento estas observaciones sobre la familia Aymara, a base de su religiosidad. A mi parecer, el estilo de vida de la familia Aymara crea el ambiente para la religión que se pone en práctica. A su vez, los ritos de esta religión confirman o re-establecen los vínculos familiares; es precisamente por medio de esta unión familiar que un individuo goza de salud, prosperidad, y, sobre todo aceptación social.
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