Más de una vez le escuché decir a un profesor sinceramente preocupado por sus alumnos: "el problema es que los niños no se adaptan a la escuela". Esta es una constatación lúcida pero que a la vez revela un sesgo muy marcado en la percepción que tiene el profesor del alumno y del rol de la escuela. Constatación lúcida en efecto: el profesor observa así marcada distancia existente entre el mundo social y cultural del alumno y el de la escuela, esa distancia es la que dificulta la adaptación del niño al medio escolar. Pero constatación a la vez formulada de manera unilateral, puesto que supone que, dada la distancia existente, el niño es quien debe adaptarse, cambiar para adecuarse la escuela.
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