Al igual que modelos políticos y sociales, las élites porfirianas adoptaron el código de conducta y de valores de boga en Europa. Según este esquema, las acciones del individuo debían originarse en dictados racionales, en lugar de obedecer a necesidades, instintos y emociones. Así, para que un sr humano pudiera ser considerado como una persona "civilizada", debía ser moderado en sus hábitos (incluyendo acciones como el hablar, el vestir o el comer), controlar la expresión de sus sentimientos y, sobre todo, regular sus impulsos y actuar de forma templada.
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