Es difícil definir si la categoría Caribe, en su enfoque explícitamente político, pretende convocar las fuerzas de un heterogéneo grupo de comunidades imaginadas o si por el contrario proyecta homogeneizar, neutralizar y capturar la multiplicidad de identidades cambiantes e híbridas que comparten el Mar Caribe y las cuencas continentales que a él llegan. La estrategia geopolítica se articula con el (los) proceso(s) de construcción de identidad; estos procesos de identificación Caribe no escapan a la dialógica representacional nosotros/otros, cuya expresión más popular es la dicotomía Occidente/El Resto. Para el caso Caribe, estas dicotomías también son múltiples, por ejemplo para el caso colombiano se ha construido, quizá recientemente, la dicotomía Caribe/Andes que implica una constante discusión sobre dónde comienza y termina la una y la otra y quién es y no es Caribe, donde las dos representaciones son igualmente monolíticas y reduccionistas; pero si miramos fuera de Colombia encontramos la pareja Caribe/Atlántico Norte, donde Caribe puede ser entendido como una construcción de la imaginación de individuos del Atlántico Norte, que se naturalizó y produjo una modernidad alternativa aún por etnografíar y entender (Trouillot, 2011); así mismo en algunas versiones el Caribe se construye como el lugar idílico del eterno verano litoral (cf. Guerrón-Montero, 2011) en contraposición al paisaje urbano industrial. Por otro lado, en la ficción el Caribe es visto como el lugar de la aventura, habitado por salvajes y excluidos, en contraste con los espacios civilizados de los imperios del siglo XVI.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados