Las migraciones como fenómeno social y económico siempre han existido. Han sido consecuentes con el desarrollo de la humanidad. Los grandes avances de nuestras sociedades, ya sea a nivel micro o macro territoriales, en parte han sido fruto de estas movilizaciones de la adaptación a cambios de esquemas ambientales o culturales, aunque las condiciones de trabajo y aspectos laborales han jugado un papel preponderante es las formas en qué estas han entrado en escena. Así las cosas, se requiere de dos espacios diferentes en cuestión. Primero del que migran y segundo el que recibe. Igualmente aparecen dos factores desde el punto de vista humano clave a tener en cuenta. Los que emigran o, en su defecto, los que entran.
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