La literatura infantil es uno de los vehículos de ideología de las clases dominantes. Se pueden distinguir dos tipos de niños que leen: los que lo hacen para la escuela; y los que leen para ellos mismos, para jugar. Para que la literatura infantil valga para los niños, hay que relacionar la imaginación, el juego y el libro. Lo cual implica una valoración distinta de la imaginación. Un libro para niños se puede considerar logrado cuando interesa a los niños y estimula y compromete sus energías morales, su personalidad. Un buen libro tiene que hablar de todo.
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