Introducción. La inmunodepresión inducida por rituximab podría ser un factor de riesgo de mortalidad por COVID-19. El objetivo del estudio fue describir la prevalencia de infección por SARS-CoV-2 en pacientes que habían recibido rituximab y conocer si conduce a una mayor persistencia del virus.
Material y métodos. Estudio observacional retrospectivo de pacientes que recibieron rituximab en los 6 meses previos al inicio de la pandemia, analizándose la presencia de infección. Se recogieron las siguientes variables: edad, sexo, enfermedades previas, factores de riesgo para COVID-19, dosis recibidas de rituximab, resultados de los test diagnósticos, hospitalización, tipo de soporte ventilatorio, desarrollo de eventos tromboembólicos y tratamiento recibido. Se realizó un análisis descriptivo de todas las variables y se compararon pacientes que se habían infectado (C+) y los que no (C-).
Resultados. 68 pacientes habían recibido rituximab (mediana de dosis acumulada: 4.161mg (2.611–8.187,5)), 54,4% hombres con edad media de 60,8 años (15,7; 25-87). Se confirmó C+ en 22 pacientes, entre los cuales existían los siguientes antecedentes: 45,5% hipertensión arterial, 36,4% Diabetes Mellitus, 31,8% tabaquismo/exfumador, 22,7% neumopatía, 13,6% cardiopatía y 4,5% obesidad. No se apreciaron diferencias estadísticamente significativas entre C+ y C-. Sólo 2 pacientes C+ desarrollaron inmunidad y 10 de ellos (45,5%) no negativizaron PCR a la finalización del seguimiento. No se encontró asociación con la dosis acumulada de rituximab. La tasa de mortalidad en la C+ fue de 22,7%.
Conclusiones. En nuestros pacientes tratados con rituximab y con infección por SARS-CoV2 se observó una peor evolución y una mayor persistencia de la infección, por lo que debería valorarse el uso de otras alternativas durante la pandemia, ya que la disminución de la función de células B podría producir un mayor riesgo de evolución fatal por COVID-19.
Introduction. Rituximab-induced immunosuppression could be a risk factor for mortality from COVID-19. The aim of the study was to describe the prevalence of SARS-CoV-2 infection in patients who have received rituximab and its association with a persistent viral infection Material and methods. Retrospective observational study of patients who received rituximab in the 6 months before to the onset of the pandemic. We analyzed the presence of infection and associated them with demographic variables, pathological history related to an increased risk of developing severe COVID-19, the doses of rituximab received, the type of ventilatory support, thromboembolic events, and the treatment received. A descriptive analysis of all the variables was carried out and infected and uninfected patients were compared.
Results. We screened a total of 68 patients who had received rituximab (median cumulative dose: 4,161mg (2,611– 8,187.5)). 54.4% men, mean age 60.8 years (15.7; 25-87)). C + was confirmed for 22 patients. Of these, 45.5% had high blood pressure, 36.4% Diabetes Mellitus, 31.8% smokers/ex-smoker, 22.7% lung disease, 13.6% heart disease and 4.5% obesity.
There were no statistically significant differences between C+ and C-. Only 2 patients developed immunity. For 10 patients (45.5%) did not have a negative CRP until the end of the follow-up. There was no association with cumulative dose of rituximab. The mortality rate was 22.7% in the C+.
Conclusions. We observe that the persistence of the infection leads to a worse evolution of COVID-19. The use of alternatives should be considered during the pandemic, because of patients with decreased B-cell function may have high risk of fatal progression from COVID-19.
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