Montserrat Fernández Rivas, Rosialzira Vera
La alergia a los alimentos mediada por anticuerpos IgE afecta entre el 1 y el 3 % de la población general, y en niños menores de 3 años puede alcanzar el 8 %.
Cualquier alimento puede producir reacciones alérgicas, pero los más frecuentes son la leche y el huevo en los menores de 5 años, y las frutas, cacahuetes y frutos secos por encima de esta edad.
La alergia a la leche y al huevo que se inicia en el período de lactancia, frecuentemente desaparece al alcanzar la edad escolar.
Las reacciones alérgicas aparecen en las 2 horas siguientes a la ingestión del alimento;
pueden afectar a uno o varios órganos y son una causa frecuente de anafilaxia (reacción alérgica grave).
El tratamiento consiste en evitar el alimento y disponer de una medicación de rescate para tratar una eventual reacción, que incluye la adrenalina en los pacientes que ya han sufrido anafilaxia con anterioridad o presentan riesgo de sufrirla.
La dieta de evitación supone una vigilancia continua, pero aun así, pueden aparecer reacciones alérgicas accidentales impredecibles en cuanto a su aparición, gravedad y desenlace, lo que genera incertidumbre, ansiedad y estrés, y afecta negativamente la calidad de vida y las relaciones sociales del individuo alérgico y de todo su entorno familiar.
El desarrollo de opciones terapéuticas curativas en los casos de alergia a alimentos, como la inmunoterapia, reducirá su impacto psicosocial negativo
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