Gran Canaria, España
El polvo de casa es la principal fuente de alérgenos del interior de las viviendas y es un ecosistema complejo compuesto de escamas de piel humana, fibras, esporas de hongos, bacterias, virus, pólenes, insectos, derivados dérmicos de animales, restos de alimentos, plantas de interior y ácaros.
La sensibilización a alérgenos del interior de las viviendas es más importante para el desarrollo de asma que la sensibilización a alérgenos de exterior. Los ácaros domésticos son la fuente principal de alérgenos del polvo de casa.
Los principales factores ambientales que influyen en la presencia de ácaros son la temperatura (entre 25 y 35 °C) y la humedad relativa (entre el 50 y el 75 %).
Los sofás y sobre todo los colchones y las almohadas constituyen un excelente microhábitat para los ácaros, ya que retienen mucha humedad y les proporcionan los tres factores que necesitan para su óptimo desarrollo: calor, humedad y comida (escamas de piel humana).
Los síntomas de la alergia a los ácaros son, en la mayor parte de los casos, de tipo respiratorio: rinitis y asma. En algunas regiones de nuestro país, la sensibilización a los ácaros afecta a más del 30 % de la población y al 90 % de los pacientes asmáticos.
Los ácaros son habitantes naturales de nuestro entorno doméstico y su presencia no equivale a una falta de limpieza del hogar. No está claro si el control ambiental estricto puede prevenir esta alergia.
Se recomienda que los pacientes alérgicos a ácaros eviten tener mascotas de pelo o plumas en sus domicilios.
La inmunoterapia es el único tratamiento capaz de modificar el curso natural de la enfermedad alérgica. Resulta de gran utilidad en zonas de alta exposición a ácaros.
El diagnóstico por componentes alergénicos supone una optimización en el uso de la inmunoterapia en cuanto a indicación, eficacia y seguridad.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados