Todos nosotros, las niñas y los niños los primeros, tenemos un insaciable · apetito de ver y de conocer; también, el ansia de saber lo que cuentan, más allá de la evidencia, las ilustraciones de los libros, que alegran la vista y ponen alas a la fantasía. Desde las primeras edades, los libros ilustrados, objetos mágicos cuando son de calidad, familiarizan a los niños con la belleza y el arte y van formando su gusto estético y su sensibilidad. Sobre todo, les enseñan a mirar con agudeza y profundidad y les ayudan a descubrir .la felicidad íntima que la lectura nos regala.
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