La principal función del sistema cardiovascular es el mantenimiento de una atmósfera adecuada para la funcionalidad de los tejidos. Dentro de este sistema, encontramos diferentes escalones a evaluar en nuestros pacientes, siendo la microcirculación, el último escalón del sistema. La microcirculación es el principal medio de suministro de oxígeno a las células del tejido y es esencial para el mantenimiento de la vida y la función celular. La función de los órganos depende directamente de la función de su respectiva microcirculación, y el logro de una buena función microcirculatoria puede considerarse como el principal objetivo del sistema cardiovascular. Por ello, la monitorización de la macrocirculación no es capaz de detectar la disfunción microcirculatoria y limita la terapia dirigida a objetivos macrodinámicos. La microcirculación ha sido evaluada con diferentes métodos, de los cuales nos centraremos en este artículo de los miscroscopios de mano, que permiten una visualización in vivo, a tiempo real y de forma no invasiva de la microcirculación.
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