La ilegal e injustificada invasión de Ucrania por parte de Rusia es la consecuencia del fracaso del Kremlin en su intento de influir en Ucrania y obligarla a renunciar a su soberanía e integridad territorial, así como al derecho a elegir las alianzas militares a las que desearía pertenecer.
El balance actual de la guerra revela que la decisión y la lucha de los ucranianos por preservar la soberanía nacional y la integridad territorial de su país, junto al apoyo de los países occidentales y la OTAN, han frenado la invasión rusa en el noroeste del país y han contribuido a que el Kremlin, por ahora, centre su ofensiva bélica en las regiones del Donbás y las costas del Mar Negro. Sin embargo, Moscú sólo ha cambiado su táctica, pero no sus objetivos políticos y estratégicos en Ucrania.
El verdadero balance de esta guerra sólo será posible tras un acuerdo de paz, que no parece cercano. El conflicto bélico puede durar meses o incluso años, por dos motivos principales: (1) tanto Ucrania como Rusia consideran esta guerra como una cuestión de supervivencia; y (2) todavía no sabemos cómo pueden influir en un eventual acuerdo de paz otros actores, como Occidente, que está apoyando política, económica y militarmente a Ucrania, y China y la India, entre otros que se han abstenido de condenar la agresión rusa.
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