Resumen de Facetas naturalistas y conservacionistas de los ingenieros de montes españoles durante el siglo XIX
En R. D. de 18 de Agosto de 1847 se plasmaban los detalles para la creación de la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de Villaviciosa de Odón, con el objetivo de preparar a un personal en el tratamiento y conservación de los montes, semejante al de la Escuela de Tharand (Sajonia).
En un principio se pensó que en un forestal lo predominante era su faceta naturalista y no de matemático como ocurría en otras ingenierías, pero poco a poco disminuían en sus estudios las materias de Ciencias Naturales y aumentaban las de Matemáticas.
No obstante, se distinguen numerosos y notables Ingenieros de Montes, J. M.ª Castellarnau, J. Secall, J. J. Muñoz, y C. Castel, que denunciaron esta situación.
Como naturalistas y conservacionistas sobresalen eminentes botánico-forestales y entre todos ellos M. Laguna y S. Secall. Vidal y Soler, además de P. de Ávila, M. Compañó, J. Secall, S. Cerón, E. Plá y Rave, José y Ramón Jordana, P. Artigas y el inolvidable R. Codorniú, entre un largo etcétera.
En Entomología forestal se destacan A. García Maceira, A. Parada, L. de la Escosura, F. J. Hoceja y J. A. Madariaga; y en Piscicultura, Breñosa como el primer Ingeniero que estudió y trabajó esca técnica en 1888. Posteriormente le siguió R. Acebal haciendo repoblaciones ictícolas en Asturias.
Hubo Ingenieros de Montes que también se dedicaron al estudio de la microscopia.
R. Breñosa fue uno de los que iniciaron en España el examen micrográfico de las rocas, recibiendo en 1895 el legado «Gómez Pardo» por sus trabajos científicos concedido por la Escuela de Ingenieros de Minas y en 1898 el primer premio de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. J.M.ª de Castellarnau se distingue por sus trabajos histológicos sobre diversas especies forestales, que le valieron la medalla de oro de la Exposición Universal de Barcelona.
Muchos se preocuparon por la conservación de la naturaleza, por la contaminación de los ríos, se mostraban defensores de las aves, y eran partidarios de la repoblación de los monees y conscientes de los daños que le causaban a éstos la tala exagerada de los árboles, el pastoreo mal regularizado y los incendios, que eran provocados en su mayor parte
