El nuevo primer ministro Shinzo Abe cambia de estilo, pero no de política. Así, a diferencia de su antecesor, no acudió al santuario Yasukuni donde están enterrados criminales de guerra, aunque como homenaje envió un regalo. En el ámbito de la Justicia, el cambio de ministro ha producido una reanudación de las ejecuciones capitales, que el anterior ministro había abandonado a causa de sus convicciones budistas. Estos últimos meses fueron ahorcados presos que habían permanecido detenidos durante décadas.
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