Jorge León Casero, Enrique Cano Suñén
Los alumnos de arquitectura que logran terminar la carrera se enfrentan con un ámbito laboral en el que las capacidades profesionales para las que les habilita su título no corresponden con las aptitudes y conocimientos que han trabajado durante al menos cinco años. Frente a esta desesperante y grotesca situación, el presente artículo denuncia ciertas prácticas pedagógicas vigentes y propone un “Decálogo de buenas prácticas para los profesores de arquitectura.”
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