Venerables ancianos, juglares histriónicos, reyes apocalípticos, monstruos mitológicos, danzarinas libidinosas, coros angélicos y animales amaestrados... Todos ellos haciendo sonar sus instrumentos musicales, se entremezclan formando un pandemonium, a veces esperpéntico y, en ocasiones, moralizante, que aparece en la iconografía altomedieval. Pero, ¿cuáles de estos motivos son propios de esta época y cuáles son pervivencia de otras culturas? ¿Cuáles son originales y cuáles han sido modificados o recreados para darles una significación cristiana? En este artículo intentamos dar respuesta satisfactoria a estas y otras cuestiones.
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