La autora aborda el problema de la educación como uno de los principales factores que permiten elevar el crecimiento económico de un país y, por ende, disminuir las situaciones de pobreza. Explica que si el presupuesto público es usado eficiente y eficazmente en el ámbito educativo, favorecerá a los grupos que padecen la carencia de oportunidades. Asimismo, plantea que al atender la formación educativa podrán satisfacerse con mayor éxito las necesidades humanas básicas
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