México
En 1931, Nellie Campobello publicó Cartucho. Nueve años más tarde, en 1940, apareció una segunda edición, de la cual se ha hablado poco. Salvo porque se la menciona para decir que fue bajo la influencia del autor de El águila y la serpiente que Campobello la modificó, la edición de 1940 quedó más o menos borrada por la tercera edición (1960), así como quedaron las características propias de una edición y otra. En este trabajo se hace un recorrido por algunos de los rasgos que distinguen ambas ediciones, con el afán de mostrar aquello que ya se encontraba en la primera edición y aquello que su autora agregó o potenció posteriormente. También se expone el contexto en el que surgió la segunda edición (el interés de Campobello por la historia, su relación con Austreberta Rentería, la publicación de su libro Las manos de mamá) y se cuestionan los motivos de la autora para plantear Cartucho (1940) como un conjunto de “cuentos verdaderos”, en oposición a la “leyenda” revolucionaria fijada en la historia oficial. En el análisis realizado se observa la expansión de algunas de las estrategias literarias propias de la primera edición (la multiplicidad de voces testimoniales y la aportación particular de las mujeres como testigos de los hechos) y la permanencia de otras tal y como aparecieron en 1931 (la voz narrativa infantil, las imágenes poéticas asociadas a la guerra y a la infantilización de los hombres que pelearon en la Revolución). La premisa de este artículo es que ambas ediciones desafían los conceptos de verdad, historia y ficción, tal como los solemos concebir tradicionalmente, pero en 1940, Campobello expandió algunas de las estrategias literarias que utilizó en 1931 en función del énfasis que quiso poner en los testimonios de una multitud de mujeres y hombres que vivieron la guerra civil en el Norte y a quienes —consideraba la autora—, en el proceso de oficialización e institucionalización de la Revolución mexicana, se les había negado la verdad de su propia historia.
In 1931, Nellie Campobello published Cartucho. Nine years later, in 1940, a second edition appeared, about which not much has been said. With the exception that it is usually mentioned to assert that Campobello modified it under the influence of the author of El águila y la serpiente, the 1940 edition was left somewhat erased by the third edition (1960), in the same way that each edition’s corresponding characteristics were also erased. This piece reviews some of the features that characterize both editions, with the intention of showing what was already present in the first edition, and what the author added or enhanced afterward. It also presents the context in which the second edition emerged (Campobello’s interest in history, her relationship with Austreberta Rentería, the publication of her book Las manos de mamá), and it questions the author’s motives to propose Cartucho (1940) as a set of “true tales” in opposition to the revolutionary “legend” stated in official history. In the conducted analysis, we can appreciate the expansion of some of the literary strategies present in the first edition (the multiplicity of testimonial voices and the contribution of women as witnesses to the facts) and the permanence of others that appeared in 1931 (the infantile narrative voice, the poetic images associated to the war and to the infantilization of the men that fought in the Mexican Revolution). The premise in this article is that both editions defy the concepts of truth, history, and fiction, in the way we usually conceive them, but that in 1940, Campobello expanded some of the literary strategies that she used in 1931 as a function of the emphasis that she put in the testimonials of a multitude of women and men that lived the civil war in the North and to whom, in the process of officialization and institutionalization of the Mexican Revolution, the truth of their own history had been denied, according to the author.
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