El artículo analiza el impacto de la figura del tutor voluntario, introducida por la Ley Nº 47/2017, como un nuevo street level bureaucrat que implementa la recepción de menores no acompañados. Su presencia presenta una novedad que impacta en los servicios sociales y crea la necesidad de una colaboración entre el tutor o tutora voluntario y el trabajador social (siendo este último la persona de contacto del menor) para orientar las principales decisiones sobre la persona de menor edad tutelada. El artículo analiza la modalidad en la que ambas figuras orientan la toma de decisiones comparando la distinta forma de interpretar la discrecionalidad.
A través de un proyecto de investigación durado 15 meses centrada principalmente en una gran ciudad de Italia, la metodología elegida ha permitido de combinar diferentes estrategias para la compilación de datos; los resultados revelan cómo el papel de los tutores voluntarios se desarrolla en tres niveles funcionales principales: la representación legal, la relación de ayuda con los tutelados y el trabajo en red. Estas tres áreas se caracterizan por diferentes niveles de interpretación de la discrecionalidad. En consecuencia, la investigación permite describir tres prácticas de colaboración entre esta nueva figura del tutor/a voluntario y los profesionales del trabajo social: sustitución, superposición y cooperación. La investigación también presenta el punto de vista de los menores en referencia a las innovaciones introducidas en sus vidas por la figura del tutor voluntario.
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