La pandemia ha puesto de manifiesto algunas limitaciones estructurales de la economía y el mercado de trabajo españoles. Nuestra economía ha pasado a ser una economía semiperiférica en el sistema-mundo (Wallerstein). Estos rasgos de nuestra estructura productiva, están detrás de algunas disfunciones del mercado de trabajo nacional. El hecho de que el 13,5% de los y las trabajadoras españolas estuvieran por debajo del umbral de la pobreza en 2019 supone un importante cuestionamiento de las políticas activas de empleo llevadas a cabo en nuestro país desde los años 80. Nuestra práctica profesional de la orientación laboral cotidiana con personas vulnerables o en exclusión, nos lleva a afirmar que se requerirá una fuerte actuación pública para afrontar la brecha digital, que afecta sobremanera a estos colectivos y cuyas dimensiones también ha puesto de manifiesto la pandemia. Las TIC, como pone de manifiesto un estudio de P.J. Cabrera, tienen un enorme potencial para lograr la inclusión social. Eliminar la brecha digital es esencial dado que la propia búsqueda de empleo es cada vez más tecnológica, y el uso de herramientas informáticas (job matching, chatbots…) se ha asentado en los procesos de selección. El Gobierno ha aprobado el Plan España Digital 2025, para el período 2020-2025, que contempla medidas que mejorarían las competencias digitales de toda la población y, por ende, mejoraría su empleabilidad. No obstante, iniciativas públicas previas no han acabado con la existencia de la brecha digital, y el propio Gobierno reconoce que la parquedad de sus resultados.
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