La historia sobre el reconocimiento, la cartografía y la interpretación de la Falla de Santa Marta-Bucaramanga comienza en 1933. La falla se ha dividido en tres sectores: un primer sector, en el Norte, que comprende principalmente el costado occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta entre la costa caribe y la población de Bosconia; un segundo sector, entre Bosconia al Norte y la población de Curumani al Sur y; un tercer sector, entre Curumaní al Norte y el extremo sur del Macizo de Santander. En el sector septentrional, durante el periodo de 1933 a 1956, la falla fue considerada de naturaleza inversa con buzamiento al Este y ángulo bajo a alto; en el sector intermedio de aproximadamente 100 Km, cubierto por depósitos cuaternarios, la continuidad de la falla ha sido muy cuestionada y solo en los 350 Km del sector septentrional tiene clara expresión topográfica y allí también ha sido considerada como falla inversa de ángulo alto y buzamiento al Este. A partir de 1956 hasta la fecha, ha existido consenso entre los autores reseñados en cuanto a que se trata de una falla de rumbo de desplazamiento lateral izquierdo de gran longitud, 550 a 600 Km, con una única excepción que objetó la naturaleza de rumbo de la falla y en cambio propuso la existencia de dos fallas diferentes. En el primer sector tiene lugar, curiosamente, todo el desplazamiento que ha sido calculado entre 74 y 240 Km. La última cifra sobrepasa con creces la longitud misma del sector septentrional que tiene 130 Km. El recuento histórico muestra claramente que no existe evidencia de desplazamiento lateral izquierdo por carencia de marcadores reconocibles que permitan medir tal desplazamiento. Igualmente no existe evidencia alguna de movimiento lateral izquierdo en el sector meridional.
El Macizo de Santa Marta ha sido considerado, desde 1956, como un bloque errante cortado de la Cordillera Central, que ha sido rotado y desplazado libremente, en diferentes direcciones, sobre un substrato desconocido. Se propone ahora que la corteza siálica (Escudo de Guayana) llega hasta el Norte de Colombia, más allá del Lineamiento Romeral y que el Macizo de Santa Marta debe considerarse como la continuación septentrional de la Cordillera Central y no como un macizo aislado. Los datos geológicos conocidos en el área favorecen la idea de una tectónica de movimientos principalmente verticales acompañada de movimientos horizontales moderados. La presencia de lineamientos (Fallas profundas) NNE-SSO a NE-SO y NO-SE da lugar a la formación de un mosaico de bloques que delimitados y separados por los lineamientos mencionados, pueden estar levantados, hundidos o basculados. Tales bloques darían cuenta del enorme relieve estructural entre el Macizo de Santa Marta y las cuencas aledañas, así como de las diferencias topográficas entre los distintos afloramientos de rocas precámbricas presentes en las cordilleras Central y Oriental.
Como resultado del recuento histórico se concluye que hoy existen muchas más preguntas que respuestas en cuanto a la naturaleza, edad, historia geológica y significado de la Falla de Santa Marta Bucaramanga. Por lo que se requiere iniciar, cuanto antes, un estudio serio sobre esta estructura Para confirmar la continuidad o ausencia de la falla, en el sector intermedio, se interpretaron el Mapa de Anomalía Completa de Bouguer y cuatro perfiles de reflexión sísmica que confirman que en el sector intermedio no hay indicios de la falla, por lo cual se concluye que se trata de dos fallas diferentes: la falla de Santa Marta y la Falla de Bucaramanga. En consecuencia, sin la Falla de Santa Marta-Bucaramanga quedan sin soporte las interpretaciones paleogeográficas del área, el limite entre las cuencas del Cesar y del Bajo Magdalena y la creación y movimiento del Bloque Maracaibo-Santa Marta.
The history related to the recognizance, mapping and interpretation of the Santa Marta-Bucaramanga Fault started in 1933. The fault has been divided in three segments: The first one, to the north, is located in the westem edge of the Sierra Nevada de Santa Marta between the Caribbean Coast and the town of Bosconia, the second one lies between Bosconia to the north and the town of Curimani to the south, and the third one between Curumani to the north and the southernmost limit of the Macizo de Santander. In the period 1933-1956, the northern portion of the fault has been interpreted like a reverse fault dipping east with low to high angles. In the intermediate portion of the fault, approximately 100 kilometers, the fault is covered by quaternary deposits and its continuity is highly questionable, in the southern portion the topographic appearance is well defined and has been interpretated like a high angle reverse fault dipping east. Since 1956, it has been a general agreement, indicating that is an left lateral strike-slip fault with a length of 550-600 kilometers, with one exception, that objects the strike slip type fault and instead postulated the presence of two faults. In the first segment, the displacement has been calculated between 74 and 240 kilometers. The last figure exceeds the length of the northern segment which reaches 130 kilometers. History of studies clearly indicates the absence of key indicators of left lateral strike- slip movement. Equally there is not evidence of any left lateral strike-slip movement in the northernmost part of the southern segment.
The Santa Marta Massif has been considering since 1956 like an erratic block cut from the Cordillera Central, which has been rotated and moved freely in different directions over an unknown substratum. It is proposed that the sialic crust (escudo de Guayana) reaches the northern portion of Colombia further the Romeral Lineament, and the Santa Marta Massif to be considered like the extension of the Central Cordillera and not to be considered like an isolated massif. The geological data suggest that the tectonic movements are mainly vertical with some moderate horizontal movements.
The presence of lineaments (Deep faults) NNE- SSO to NE-SO and NO-SE, originates a variety of tectonic blocks which are defined and separated by the mentioned lineaments, these blocks could be uplifted, buried or tilted. Such blocks will explain the high relief between the Santa Marta Massif and the adjacent basins, as well as the topographic differences among the different outcrops of precambian rocks sent in the Central and Easton present in the Central and Eastern Cordilleras.
At this moment, it is concluded that there are more questions than answers related to the nature, age, geologic history and importance of the Santa Marta- Bucaramanga Fault. It is requested to iniciate as soon as possible a serious study related to this structure.
A Bouguer Anomaly Map and four reflexion profiles confirm the absence of the Santa Marta Bucaramanga Fault in the intermediate sector, which indicates that such fault does not exist, and there fore we are dealing with two different faults, the Santa Marta and the Bucaramanga faults. In summary, if the Santa Marta- Bucaramanga Fault does not exist as a single one, there is no support for the paleoleographic interpretations of the area, the limit between the Cesar and Lower Magdalena basin and the generation and movements of the Santa Marta- Maracaibo Block.
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