Este articulo trata de la relación entre la ética y la filosofía política, en tanto que esta última no deja de ser también, y muy especialmente, una teoría normativa o valorativa de la política, y que como tal le corresponde la tarea de reflexionar y proponer una "vida buena", un "bien común" o una idea de la "justicia". En este sentido, la tarea filosófico-política revela que no hay tanta distancia como se piensa entre "ética individual y ética política.
Si es verdad que la perspectiva de la ética o filosofía moral es, en principio, individual, pues siempre es el sujeto singular el que se enfrenta a obligaciones y fines, hay que concluir que estos deberes o aspiraciones han de cumplirse en un contexto de interacción con otros individuos y grupos, esto es, desde la perspectiva de la dimensión colectiva de las comunidades políticas.
Una vez reafirmada esta intrínseca relación entra la ética y la filosofía política (basada en la idea de compartir valores universales) en adelante se trata de reflexionar sobre las condiciones éticas y políticas en que se ha de basar una ciudadanía cosmopolita.
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