La ética cosmopolita considera que tenemos un deber fundamental de mejorar las condiciones sociales para el desarrollo humano.
Pero eso la enfrenta a un difícil problema de acción colectiva. La solución tradicional en el ámbito de la política nacional consiste en apelar a una autoridad central: la del Estado. En el ámbito de la política internacional, se está produciendo un consenso a favor de una solución del mismo tipo que se conoce como "gobernanza global".
Ahora bien, la propuesta de Fung, O¿Rourke y Sabel para mejorar las normas laborales internacionales contiene una respuesta diferente: una solución "descentralizada" para el problema de acción colectiva. Defiendo que esta solución es conceptualmente válida y más congruente con la ética cosmopolita.
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