Lo que aquí afirmamos es bien sencillo: se trata del hecho de que la construcción de una teoría científica requiere al menos de unos conceptos previos, permaneciendo ya con anterioridad en un difuso campo de sentido. Por ello, creemos que la historia de la ciencia no es más que la historia de las modificaciones, a la luz de la donación de las cosas, de campos de sentido preexistentes.
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