Uno de los retos más importantes para administraciones y operadores de transporte público de viajeros está siendo abordar los efectos de la Covid-19 y adaptar la oferta de servicios y su financiación a una realidad de movilidad muy distinta a la conocida hasta 2019.
Las expectativas de los viajeros han cambiado y los transportes colectivos están muy penalizados frente al coche privado por la percepción del viaje seguro.
En 2020 el Grupo ALSA desarrolló el programa “Alsa Movilidad Segura”, diseñado e implementado en plena pandemia. Este programa ha ido más allá de cumplir normas y recomendaciones sanitarias, y se orienta a ofrecer una experiencia de viaje segura, para los clientes y los empleados. El programa es objeto de mejora continua, con iniciativas que se van incorporando semana a semana a partir de los insights de clientes y el benchmarking de otros modos y sectores.
“Alsa Movilidad Segura” tiene como objetivo convertir el autobús en un espacio seguro para viajar, mitigar los riesgos derivados de la Covid-19 y ofrecer las máximas garantías y confianza a los clientes en todos los servicios.
La recuperación de la movilidad del transporte público va a ser un proceso lento y progresivo en el tiempo. Con umbrales de mercado inciertos y que dependerán de factores exógenos a los propios operadores y a las administraciones, como pueden ser la recuperación económica y del turismo, la consolidación del teletrabajo a medio y largo plazo, el comercio on-line, la enseñanza a distancia, etc.
La experiencia del programa “Alsa Movilidad Segura” nos está permitiendo identificar cambios en las percepciones y hábitos de viaje de nuestros clientes, y en base a estos insights adaptar en lo posible nuestra oferta de servicios de movilidad.
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