El que hace unos años únicamente se veía como un "castillo de cuento de hadas", puede ahora ser entendido -según el autor de este artículo- en armonía con una nueva vía de pensamiento acorde con ciertas obras revolucionarias contemporáneas. En efecto, Neuschwanstein tiene más en común con realizaciones visionarias de arquitectos como Gehry, Hadid, Calatrava, Porro o Hasegawa que con las masivas e impersonales urbanizaciones y los estereotipados bloques de oficinas de las pasadas décadas
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