Resumen de El monstruo femenino en el imaginario occidental: pervivencias y mutaciones
Estudiar la monstruosidad permite comprender cómo cada cultura concibe el mundo y reflexionar acerca de sus asunciones sobre la identidad y la diferencia. Los monstruos encarnan la ruptura con las normas establecidas, al tiempo que reflejan como un espejo invertido las convenciones sexuales y la organización genérica que vertebran una sociedad. Este artículo aplica la teoría del monstruo y la perspectiva feminista para examinar la construcción de la monstruosidad femenina en la cultura occidental y ofrecer una interpretación sobre ella. Además, rastrea las transformaciones de las criaturas monstruosas y el persistente recurso a lo «monstruoso femenino» a través de los tiempos, porque, como construcciones dinámicas que son, aunque se trate de ahuyentarlas siempre terminan por volver. Concretamente, contrasta y relaciona una selección de destacadas imágenes del monstruo femenino en la literatura y la plástica de la Antigüedad y de la etapa denominada fin de siglo, ya que ambos fueron periodos profusos en representaciones monstruosas de la feminidad. Su análisis descubre una doble vertiente de la mujer representada como monstruo: la figura de apariencia monstruosa externa asociada a ciertos atributos femeninos, especialmente en seres mitológicos como Medusa, Escila, Harpías y Sirenas, Lamias y Empusas; asimismo, la mujer que encierra lo monstruoso bajo el atractivo externo de su apariencia femenina, al modo de la femme fatale finisecular. En todas ellas la monstruosidad se construye en torno a su comportamiento transgresor frente al ideal de género dominante en cada momento y a la preocupación por el control y el sometimiento de la mujer.
