Para ser un buen profesional y cuidador es básico trabajar la capacidad para gestionar los propios sentimientos y emociones de forma adaptativa e inteligente. Este conjunto de habilidades forma parte del concepto de Inteligencia Emocional. Sólo se puede dar a otro lo que uno es y sabe darse a sí mismo.
Los cinco grupos de habilidades que constituyen la inteligencia afectiva o emocional son: autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y habilidades de relación. Todas son necesarias para realizar una buena gestión de nuestros sentimientos y emociones
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados