Dentro de la política nacional de construcción de nuevos edificios de Correos en España, a los que se impone la obligatoriedad de que sus fachadas desarrollen los estilos históricos nacionales y, especialmente, el concerniente a la región en que el edificio hubiera de situarse, se construye entre 1920 y 1923 el de Málaga, para el cual, su autor, Teodoro Anasagasti y Algán ( 1880-1938), escogió el estilo neomudéjar, que se expresa a través de los materiales, de los cromatismos y de algunos elementos arquitectónicos
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