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Resumen de Paleoepidemiología de la Tuberculosis en Italia

Jacopo Cilli, Joan Viciano, Ruggero D'anastasio

  • español

    La tuberculosis es una enfermedad infecciosa producida por Mycobacterium tuberculosis, variedad humana que se podría haber desarrollado a partir de M. bovis cuando el hombre entró en contacto más directo y prolongado en el tiempo con el ganado bovino, o a partir de precursores más antiguos (M. africanum). En Italia los casos diagnosticados de tuberculosis más antiguos en restos humanos datan del Neolítico, asociados con la difusión de la ganadería. En Liguria, en el interior de la Grotta Arma de L’Aquila (5800 AEC), se hallaron los restos de un individuo femenino afectado por el mal de Pott; en la Grotta Arma dell’Aquila se encontraron los restos de un individuo juvenil de aproximadamente 15 años con lesiones tuberculosas. Entre el 1500 y el 1200 AEC, en la necrópolis de Pedru Zedda (Nuoro, Cerdeña) se hallaron los restos de una mujer con alteraciones en la región vertebral cervical, como consecuencia secundaria de una tuberculosis pulmonar. De la época clásica se han descrito tres casos de tuberculosis. El primero procede de la necrópolis etrusca de Chiusi (Siena, Toscana) datada en el 500 AEC. Los otros dos casos se descubrieron en la antigua población de Herculano (79 EC). Excepcionalmente, durante el periodo tardo-antiguo y medieval, no se han descrito casos de tuberculosis en Italia. La ausencia de la tuberculosis en esta época parece improbable dado el bajo nivel de las condiciones higiénico-sanitarias de las poblaciones medievales italianas y la contemporánea difusión de la patología en otros países europeos con condiciones socioeconómicas similares. Sin embargo, a partir del siglo XVI las evidencias indirectas de la tuberculosis son muy abundantes. El interés por los eruditos de la época dio lugar a la publicación de un amplio material bibliográfico sobre el tema; entre los autores destaca el padre de los estudios sobre la tuberculosis Girolamo Fracastoro (1483-1553). Por otra parte, las evidencias directas de la tuberculosis son muy limitadas (tres casos). En época moderna se mantiene la misma imagen: las evidencias indirectas son abundantes gracias a la llamada revolución bacteriológica del siglo XIX que llevó al descubrimiento de la existencia de virus y bacterias. Probablemente la “laguna” medieval podría estar causada por un reconocimiento inadecuado de la patología por parte de los estudiosos de la época, pero también por la pérdida de interesantes restos esqueléticos humanos que no se han conservado hasta nuestros días.

  • English

    Tuberculosis is an infectious disease caused by Mycobacterium tuberculosis, a human variety that may have developed from M. bovis when the man came into direct and prolonged contact with cattle, or from oldest precursors (M. africanum). In Italy the oldest cases of tuberculosis diagnosed in human remains date back to the Neolithic period, associated with the spread of cattle raising. In Liguria, inside the Armadell’Aquila cave (5800 BCE), the anthropologists found the remains of a female individual affected by Pott’s disease; the Arene Candide site returned the skeleton of a juvenile individual ca. 15 years with tubercular lesions. Between 1500 and 1200 BCE, in the necropolis of Pedru Zedda (Nuoro, Sardinia) there were the remains of a woman with alterations in the cervical spine, as a secondary consequence of pulmonary tuberculosis. In Classical times three cases of tuberculosis were described. The first comes from the Etruscan necropolis of Chiusi (Siena, Tuscany) dated to 500 BCE. The other two cases were found in the ancient population of Herculaneum (79 CE). Unexpectedly, during the Late Antiquity and the Middle Age, no cases of tuberculosis have been reported in Italy. The absence of tuberculosis in Italy is difficult to explain considering the poor sanitary conditions of the medieval Italian populations and the contemporary spread of the disease in other European countries with similar socio-economic conditions. Since the 16th century the indirect (historical) evidences of tuberculosis are abundant. Girolamo Fracastoro (1483-1553) is considered to be the precursor of the studies on tuberculosis and, after him, several scholars published an extensive bibliography on this infectious disease. On the other hand, the direct (osteological) evidences of tuberculosis are very limited (three cases). In modern times the same pattern emerges: indirect evidences of the presence of tuberculosis are abundant thanks to the so-called bacteriological revolution of the XIX century that led to the discovery of the existence of viruses and bacteria. The absence of cases of tuberculosis in the medieval period could be the consequence of an erroneous diagnosis of the disease by the scholars of the time, and/or the loss of pathological human remains that have not been preserved to this day.


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