Con frecuencia los maestros se quejan de la disciplina de sus estudiantes, fundamentalmente en los niveles primarios de enseñanza, pero ¿Hasta qué punto se enfrenta este problema que evidentemente puede obstaculizar el buen desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje con inteligencia y efectividad?¿Qué se entiende realmente por disciplina escolar en los grados elementales? En estos y otros aspectos relacionados se centra el presente artículo sobre la base de la experiencia de la autora con el propósito de promover la reflexión entre los educadores.
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