Resumen de Reforma y ampliación del Centre Sant Jaume. Badalona, Barcelona. España
Mercè Zazurca i Codolà, Enrique Corbat Díaz, Xavier Botet Campderrós, César Sánchez Medrano
Este proyecto parte de una estrategia que prioriza la utilización de materiales renovables y de bajo coste, priorizando a su vez una estética abierta e inclusiva, en un guión compositivo de características minimalistas.
El nuevo edificio del Centro Sant Jaume, promovido por la Fundación Carles Blanch, tiene por finalidad dotar de unos espacios flexibles, luminosos, acogedores y saludables, que faciliten la convivencia, la inclusión y la formación de colectivos desfavorecidos en el barrio del Gorg en Badalona. El proyecto se basa en la remodelación y ampliación del mencionado centro, mediante la construcción de un edificio de cuatro plantas en la finca paralela, con el objetivo de que se integre con la construcción ya existente de una planta de altura, conservando el jardín interior.
La intervención se ha basado en los principios de sostenibilidad aplicados a la construcción y al funcionamiento del edificio. Se ha minimizado el impacto ambiental derivado de su construcción y se ha contemplado todo el ciclo de vida del edificio, optándose por un diseño bioclimático que permite reducir las necesidades energéticas, aprovechando los materiales sostenibles y las ventajas que ofrecen los recursos naturales.
La planta baja consiste en una zona abierta que conecta las calles a ambos lados, hecho que propicia un ambiente acogedor y representa el carácter abierto del centro. Las diferentes estancias del edificio se han diseñado pensando en un uso modular y adaptable a diferentes usos permitiendo reconvertir fácilmente aulas en salas polivalentes, en caso de ser necesario. La planta cubierta tiene la vocación de un espacio de interrelación exterior que consiste en una gran aula al aire libre apta para la realización de todo tipo de actividades. Durante su diseño y construcción se ha buscado integrar edificio existente con el nuevo, uniendo las dos edificaciones elaborando un único complejo que muestre la unión del centro con el ecosistema existente del barrio.
El edificio se basa en una estructura interna de madera que ofrece un bajo impacto ambiental y unas elevadas propiedades térmicas. La planta baja es de hormigón para evitar problemas de humedad derivados del contacto de la madera con el suelo. Las fachadas exteriores se han desarrollado con paneles aislantes de policarbonato fabricados a partir de plástico reciclado. Uno de los rasgos diferenciales del edificio es la iluminación, la cual se ve muy reforzada por la pared medianera de paneles traslúcidos. Esta pared medianera permite la entrada de luz natural en todo el edificio, hecho que proporciona un mejor ambiente y reduce las necesidades de iluminación durante las horas diurnas. Por la noche, estos paneles ofrecen un aspecto mágico y cálido al permitir ver la iluminación interna del edificio a través de las paredes de la fachada.
Una de las principales innovaciones del proyecto es el sistema de refrigeración a partir de una captación de aire del exterior y el paso de éste por un depósito enterrado de agua de 10.000 litros, que permite su adecuación calentando o enfriando el aire que circulará por el edificio, ofreciendo una temperatura interna más confortable. Por las noches el depósito recupera su temperatura de forma natural. El sistema permite climatizar la temperatura durante todo el año y es muy adecuado para un edificio de uso intensivo diurno, pero inactivo durante la noche.
El sistema de construcción y colocación de los paneles se ha llevado a cabo con la intención de facilitar la deconstrucción y reparación del edificio a lo largo de su ciclo de vida y se ha maximizado el uso de materiales reciclables. La disminución de CO2 durante la construcción es de un 80.9% en relación con un edificio convencional.
