El agua es un elemento vital para la humanidad siempre que sea potable. Sin embargo, cuando está contaminada o en descomposición se convierte en una amenaza para la salud pública. Acorde con la corriente higienista, durante el siglo XIX, e incluso antes, el agua estancada en las calles, en los pantanos y en los alcantarillados descubiertos, fue vista como medio generador de enfermedades epidémicas y endémicas. Bajo estas ideas, el presente trabajo analiza el impacto de la fiebre amarilla en la ciudad de Veracruz; describe la relación que establecieron las autoridades políticas entre la insalubridad, el agua sucia y la enfermedad; muestra los diferentes sectores sociales afectados. Asimismo, se examinan las medidas higiénico-sanitarias promovidas por el Estado para la modernización del país, las cuales fueron asimiladas por las autoridades municipales para lograr el saneamiento de la ciudad de Veracruz y de esta manera erradicar las epidemias de la fiebre amarilla.
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