Dos preocupaciones parecen influir hoy en el modo en que algunos organismos e instituciones argentinas procuran comunicarse con sus públicos: el cuidado por emplear un lenguaje inclusivo y la creciente búsqueda de un estilo claro. Si bien la preocupación por un lenguaje inclusivo y un lenguaje claro parecen perfectamente compatibles, su articulación podría resultar no siempre viable. De hecho, algunas variantes sugeridas por las guías de lenguaje inclusivo (la impersonalización, los sustantivos abstractos, la voz pasiva y los circunloquios) pueden interpretarse incluso como contrarias a las que el lenguaje claro recomienda. A partir del revisión de la Guía para el uso de un lenguaje no sexista e igualitario en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, repasaré distintas estrategias que pretenden evitar el uso del masculino genérico para contrastarlas con las recomendaciones del lenguaje claro. El objetivo será examinar qué opciones podrían resultar inclusivas sin perjuicio de la claridad
Two trends seem to influence today the way in which some Argentine organizations and institutionsattempt to communicate with their audiences: a care to use an inclusive language and the increasing search for aclear style. Although the concern for both inclusive and clear language seems perfectly compatible, its articulationmay not always be viable. In fact, some variants suggested by the guides of inclusive language (impersonalization,abstract nouns, passive voice and circumlocutions) can even be viewed as contrary to plain language principles. Byreviewing the Guide for the Use of a Non-sexist and Egalitarian Language in the Honorable Chamber of Deputiesof the Nation, I will review examine different strategies that seek to avoid the use of the generic masculine tocontrast them with the clear language recommendations. The objective will be to examine what options could beinclusive without risking clarity
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