Este artículo explora las condiciones en que las actuales elites autoritarias usan de manera estratégica a las instituciones para evadir la amenaza de la democracia. Antes de dejar el poder, pueden realizar esta "protección institucional" al dotar de autonomía al banco central respecto de la influencia de los funcionarios electos, característica que no sólo arrebata al control democrático un aspecto clave de la toma de decisiones económicas, sino que también obliga a los gobiernos a perseguir un conjunto de resultados de políticas neoliberales. El argumento de este artículo es que puede esperarse que las elites autoritarias creen un banco central autónomo para atar las manos de los gobiernos sucesivos cuando temen un futuro populista y saben que el cambio de régimen es inminente. En este artículo se aplica este modelo a la reforma del banco central chileno en 1989 y a las del banco central mexicano en 1993.
This article explores the conditions under which exiting authoritarian elites use institutions strategically to fend off the threat of democracy. One way that authoritarian elites can execute this "institucional insulation" is by making the central bank autonomus from the influence of elected officials befores they leave power. Central bank autonomy not only removes a key aspect of economic decisionmaking from democratic control, but also constrains governments to persue a set of neoliberal policy outcomes. I argue that ehere authoritaian fear a populist future and know that regime change is inminent they can be expected to create an autonomous central bank in order to tie hands of successor governments.
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