El uso de distintas apps en el contexto de la enseñanza universitaria comporta una práctica cada vez más común entre los docentes. De entre las apps educativas, cada cual sirve mejor o peor a unos determinados objetivos en cada contexto educativo. En dependencia de este último, además de la eficacia formativa de las apps, se han de tener en cuenta aspectos como su interfaz, su visibilidad, su seguridad, su personalización o su interoperabilidad. Esto se traduce en que apps con la misma finalidad pedagógica no sean igual de efectivas en todos los casos. En este artículo abordaré el caso de dos apps que a menudo se cuelan en las aulas de las universidades: Kahoot! y Mentimeter. Introduciré ambas herramientas y explicaré, en función de mi experiencia en la Universidad Complutense de Madrid, cuál es más adecuada para universitarios.
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