La necesidad de transformar los procesos de producción y comercialización de bienes y servicios para reducir las externalidades negativas y contribuir a la provisión de bienes públicos es una realidad plenamente asumida y compartida por todos los agentes que participan en el sector español de distribución de alimentos y productos de gran consumo.
En el presente artículo se analizan los retos del sector de la distribución comercial para contribuir a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 de la UE y la neutralidad climática en 2050.
Lo racional e inteligente es instrumentar la transformación de todos estos procesos de producción y comercialización sin destruir los pilares que hacen del modelo español de distribución comercial uno de los más eficientes del mundo, con los beneficios sociales que ello comporta, sobre todo para las personas y hogares de menor renta.
El diseño de las políticas públicas que pretenden corregir las ineficiencias asociadas a las externalidades negativas debe hacerse con respeto a la racionalidad del análisis económico, para no provocar mediante la intervención pública mayores ineficiencias que las que dicha intervención trata de corregir.
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