Ahora que «la persona» parece el epicentro del propósito del mundo empresarial, palabras como emoción, talento o aprendizaje están en boca de todos. Y lo que se busca a la hora de contratar, formar equipos, gestionar en una palabra los recursos humanos, es aplicar la precisión de la inteligencia emocional; habida cuenta de que el test psicológico ya ha dado de sí todo lo que podía ofrecer. Irrumpe pues el test psicogénico, con un 97% de fiabilidad. ¿Significa eso que cada vez más empresas españolas valoran y trabajan las competencias sociales o emocionales? Y sobre todo, ¿por convencimiento propio o como algo llegado del mundo anglosajón, que se copia sin más? Elías Azulay, investigador principal de ADNe, la firma española que posee el único algoritmo identificador de las mismas, y Michael de José Belzunce, presidente de IDIENA, cuyo objetivo es ayudar a las personas a desarrollar habilidades y destrezas no académicas, nos hablan sobre ese cajón de sastre llamado inteligencia emocional en el mundo de la empresa.
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